¿Qué es?
Es una inflamación del intestino grueso que en los perros cursa de forma característica con diarreas. Sus causas son múltiples: un cambio brusco de dieta, haber comido arena, tierra, objetos extraños, una infección bacteriana, vírica o parasitaria, intolerancia a algún alimento, alteraciones hepáticas, pancreáticas o renales, entre otras.
Sin embargo, en la mayoría de los casos un tratamiento sintomático y dietético consigue normalizar la situación.
¿Cómo reconocerla?
- La diarrea es poco abundante.
- El color de las deposiciones va del ocre al marrón o verde.
- En algunas ocasiones pueden observarse estrías o coágulos de sangre en las deposiciones.
- Las heces pueden ser muy mucosas.
- El animal mantiene inicialmente el apetito y el buen estado general.
- No hay vómitos o son muy esporádicos
- El animal hace esfuerzos por defecar, habiendo veces en que no lo consigue.
- En algunas ocasiones las heces blandas solo aparecen al final de la defecación en forma de goteo, teñido o no de sangre.
¿Qué hacer?
- Ayuno absoluto durante 24 horas. El descanso del aparato digestivo permite normalizar las colitis poco complicadas y es un tratamiento dietético recomendable en todos los casos.
- Recoger una muestra de heces y llevarla al veterinario para su análisis.
- Acudir al veterinario si el problema no se resuelve con el tratamiento dietético.
Es especialmente importante distinguir entre colitis y una enteritis (inflamación del intestino delgado). Las diarreas en este ultimo caso son copiosas, acuosas y generalmente acompañadas de vómitos frecuentes. El animal se muestra muy apático, sin apetito y corre el riesgo de deshidratarse rápidamente. En este caso, la visita al veterinario es urgente.
Fuente: Uno mas en la familia.
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