Una hora, cuarenta y siete minutos. Un elefante.

Todos alguna vez hemos usado la expresión “¡Que hambre! ¡¡Me comía un elefante!!” pues bien, en Zimbabue se lo comen. Así, literalmente.

La hambruna en Zimbabue es evidente y así lo ha recogido el fotógrafo británico David Canciller en el Gonarezhou Nacional Park, en Zimbabue.

Allí esta prohibida la caza de elefantes, pero cuando uno muere por causas naturales, las leyes son distintas, así que la tarea de muchos niños zimbabuenses es seguir a los elefantes mas viejos que tienen síntomas de no durar mucho hasta que mueren y dan el aviso al resto de aldeanos, para adelantarse a depredadores y alimañas.

Tanto es el caso de hambre en la aldea que una vez muere el elefante, al cuarto de hora ya lo estan despellejando. En una hora y cuarenta y siete minutos, solo quedaba el esqueleto y lo transportaban para cocerlo y hacer unas buenas sopas.

En mi opinión, cuando hay hambre, imagino que se pierde la sangre fría, digámoslo así, porque yo me veo incapaz de hacer lo siguiente que vais a ver con un elefante... pero cuando el hambre aprieta….

Las imágenes recogen lo que pueden hacer con un elefante que acaba de morir en apenas una hora y tres cuartos.

Las imagenes que van a ver a continuación, pueden herir su sensibilidad.